Comienzo de una carrera
En mi juventud, cuando estaba en la escuela, asistí a una escuela de fotografía. Era mediados de los años 80 y tenía una vieja cámara de película Zenith. Tomaba fotografías con película en blanco y negro, las revelaba yo mismo y luego imprimía las fotos por la noche en una habitación iluminada con luz roja. Fue entonces cuando di mis primeros pasos en el dominio de la fotografía. Pero, como suele suceder con los niños llenos de energía, mi pasión duró poco.
Más tarde, a los 18 años, volví a dedicarme a la fotografía. Esta vez, utilicé película en color y las fotos se revelaron e imprimieron en una tienda Fujifilm. Fue entonces cuando hice mis primeros intentos de crear fotografías de desnudos de mis amigas. El proceso fue divertido y lleno de emoción. Sin embargo, mi limitado presupuesto de estudiante me lo impidió: la película y la impresión de las fotos no eran baratas.
En 2008, cuando vi que las DSLR por fin empezaban a ofrecer imágenes de calidad decente, compré mi primera cámara digital, una NIKON D3100. A partir de ese momento, empezó mi seriedad y la realización de mi pasión por la fotografía.
Como a muchos jóvenes, me gustaban las mujeres. Y aún más, las fotos bonitas con ellas. Pero el 99% de las fotos de desnudos que vi en Internet me parecieron aburridas, carentes de humor y, a veces, vulgares. Yo, en cambio, tenía una idea completamente diferente de la belleza femenina pura y natural. Con gran entusiasmo comencé a experimentar: fotografiar a mis amigos en diferentes imágenes y lugares, estudiar las obras de los fotógrafos más destacados, comprender las sutilezas del trabajo en Photoshop y mucho más. Por supuesto, mis primeras imágenes parecían ingenuas y primitivas. Pero con la experiencia y la observación, comenzó a formarse mi propio estilo reconocible. Finalmente tomó forma alrededor de 2010.
Para ese entonces mis trabajos publicados en Internet comenzaron a llamar la atención, ganar popularidad e incluso volverse virales.
Después de muchas pruebas y experimentos, me di cuenta de que lo que más me gusta es el género del erotismo doméstico, que crea la ilusión de que estás mirando a una modelo que no te nota. Poses naturales, ropa cómoda para el día a día y sin maquillaje llamativo: eso es lo que me resulta más atractivo. Por supuesto, a veces experimento con otros estilos: con lencería bonita y en estudios fotográficos caros. Sin embargo, mi estilo favorito, que se ha mantenido inalterado durante más de 10 años, es la naturalidad genuina transmitida a través del objetivo.
