Sofía Jazmín
Siempre hubo una voz de creatividad en el corazón de Sofía, anhelando algo más profundo. Por eso recurrió a David Dubnitsky, un maestro cuya atención al detalle era incomparable y cuyo estilo era impecable. Para Sofía, esto fue más que una simple sesión de fotos, se trataba de crear una historia completa en la que cada cuadro estuviera conectado con su propia alma. Anhelaba no sólo mostrar su belleza, sino también revelar su verdadera esencia, conectar cada toma con una parte de su mundo interior. David dijo: "Para mí, una mujer son siempre las curvas, lo más hermoso que el mundo ha creado. Ella es la encarnación de la belleza que se adora en canciones y poemas". Sus palabras se convirtieron en fuente de inspiración para Sofía. La primera sesión de fotos se convirtió en un espejo de su ternura y emociones, llena de historias y secretos que sólo ella podía contar. Y cada toma posterior reveló un nuevo capítulo de esta asombrosa saga, donde la belleza de Sofía se hizo más brillante y su identidad se volvió infinita.