Desafíos inesperados
14 marzo

Desafíos inesperados

Sesiones fotográficas difíciles... hubo muchas y cada una de ellas dejó recuerdos vívidos.

Una vez, mi modelo Elena y yo decidimos hacer una sesión fotográfica en el ático de una casa antigua. Uno de los inquilinos nos dio amablemente las llaves y subimos con entusiasmo. Era un caluroso día de verano de julio, con un sol abrasador que daba ganas de refugiarse en la sombra. Pero en cuanto llegamos al ático, nos llevamos una auténtica sorpresa: en lugar del frescor habitual, nos encontramos en un auténtico invernadero, donde la temperatura alcanzó los 50 °C.

El calor insoportable hizo su trabajo de inmediato: la modelo y yo estábamos empapados en sudor y cada vez nos costaba más respirar. Sin embargo, no nos dimos por vencidos y decidimos tomar algunas fotos. Con este calor, pudimos adaptarnos al trabajo, y en esos minutos difíciles pudimos capturar unas fotos increíblemente hermosas y evocadoras.

Sin embargo, tras solo 5 minutos de rodaje, Elena empezó a desmayarse por el calor sofocante y tuvimos que bajar urgentemente. Por suerte, logramos tomar algunas fotos que se convirtieron en auténticas obras maestras.