Belleza en lo Ordinario

Los fotógrafos me preguntan muy a menudo cómo logro crear fotografías tan hermosas usando las cosas más comunes: una vieja lata de leche o un ventilador de mesa; una caja de frutas o la caña de bambú del abuelo que se planeaba tirar a la basura; un vestido muy pasado de moda o un sombrero de paja que ya nadie usa. Para mí, cada una de estas cosas es hermosa y espera su lugar en una de mis sesiones de fotos.

Aunque cada una de estas cosas no es una obra de arte como tal, cuando se las ubica hábilmente con otras cosas similares, complementan perfectamente la foto y provocan las emociones apropiadas. Sólo hay que desear ver en ellos la belleza, la estética y el humor que transmiten…

Lo mismo ocurre con los modelos y las ubicaciones. Puedes pasar indiferentemente por un lugar determinado, o detenerte y notar su belleza oculta y encontrar una manera de usarla en tus fotos...

Te daré un ejemplo. Una vez tuve la oportunidad de subir al ático sucio de la casa de un conocido. Para ser honesto, miré con admiración la esquina donde convergía la pared con una estufa de piedra cubierta por los rayos de luz dispersados.

“Me gustaría hacer un par de sesiones de fotos en este lugar”, le dije a mi conocido. Quedó muy sorprendido al echar un vistazo rápido a ese rincón sucio. Realicé más de una sesión de fotos en ese lugar. Todos eran tan diferentes y tan sorprendentes...