Escultura viviente, parte 2
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Bajo la suave luz del día, el invernadero cobra vida con una calidez y un brillo sereno. Lily camina entre las plantas y los rayos de sol que se derraman por el suelo, tocando su escultura, ahora seca, luminosa y llena de una gracia silenciosa. El aire se siente delicado, casi respirando al compás de su creación. En este momento sereno, rodeada de naturaleza y luz, Lily comprende que la belleza no es algo que crea, sino algo que fluye a través de ella, fundiéndose con cada uno de sus movimientos.
Llega el 2 noviembre
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David Dubnitskiy







Sergey Nevzorov






































